Esperar a que se cumplan las condiciones para repatriar a los marroquíes bloqueados en el extranjero no es en absoluto un desprecio por ellos

Rabat - Esperar a que se cumplan las condiciones, a la luz de la evolución de la situación epidemiológica en Marruecos, para repatriar a los marroquíes bloqueados en el extranjero, no debe considerarse un desinterés por estos ciudadanos o un desprecio por las dificultades vividas por algunos de ellos, dijo, el martes, el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita.


Al contrario, se trata de una elección responsable y racional que emana del alcance de los retos relativos a la ejecución de esta operación, "que requiere paciencia y hacer prevalecer el interés general sin caer en la trampa de la facilidad aparente", explicó el ministro en su respuesta a una pregunta central en la Cámara de Consejeros.


La vuelta de los marroquíes bloqueados en el extranjero tras el cierre de las fronteras para frenar la propagación del Covid-19 es un derecho inalienable y no negociable, recalcó, señalando sin embargo que si esta vuelta es un derecho, la responsabilidad requiere que la operación de repatriación se prepare bien y se lleve a cabo en las mejores condiciones.


La repatriación, añadió, requiere no sólo la movilización de aviones y barcos y la obtención de permisos de sobrevuelo, sino también la reunión de todos los medios para garantizar que el regreso se produzca en las mejores condiciones sanitarias posibles para los interesados, sus familias y su entorno.


Tras la evolución favorable de la situación epidemiológica en Marruecos, continuó Bourita, las autoridades comenzaron a preparar cuidadosamente todas las etapas de la repatriación, incluida la identificación de las personas afectadas y la elaboración de las modalidades de gestión de su retorno y su aislamiento.


Para el ministro, si Marruecos va por buen camino para controlar la situación sanitaria relativa a la pandemia, es gracias a la sabiduría de SM el Rey Mohammed VI y a su seguimiento personal de la situación desde la aparición del primer caso de infección procedente del extranjero.


También subrayó que el enfoque marroquí se basa en los principios de solidaridad, proactividad, prevención, globalidad y la primacía de la salud de los ciudadanos sobre otros aspectos, añadiendo que el Reino desarrolló una respuesta 100% marroquí a esta pandemia, una respuesta que aprovecha las mejores prácticas a nivel regional o internacional, pero sin ningún tipo de mimetismo o seguidismo.


En el marco de la aplicación de esta visión real, prosiguió el ministro, la diplomacia marroquí se implicó en la movilización nacional para frenar la propagación del virus, agregando que los servicios consulares de su departamento concedieron un gran interés al acompañamiento y el apoyo a los marroquíes atrapados fuera de su país.


Igualmente, el responsable llamó la atención al hecho de que la diplomacia marroquí también contribuyó, a través de su red y sus relaciones, a fortalecer el sistema nacional de salud, proporcionándole equipos médicos y dispositivos de detección de calidad y con las garantías necesarias.


Además de estas acciones, agregó Bourita, la diplomacia marroquí apoyó las iniciativas de solidaridad de SM el Rey con África para frenar la pandemia, canalizando la cooperación internacional y financiera hacia el Fondo de Solidaridad creado por el Soberano para hacer frente a las repercusiones de la enfermedad, y concienciando a los socios regionales e internacionales del Reino sobre la importancia de los esfuerzos de Marruecos para derrotar la enfermedad.


El cierre de las fronteras, que el Reino había decidido para protegerse de Covid-19, fue una decisión necesaria que tuvo un impacto decisivo en la limitación de la propagación de la enfermedad, pero como cualquier otra decisión, tenía efectos colaterales, especialmente para los marroquíes que se encontraban en ese momento en el extranjero, concluyó.