Bloqueada una delegación diplomática francesa en la frontera con Libia

Lundi 15 Avril 2019

Túnez - Una delegación diplomática francesa compuesta por una decena de personas fue bloqueada este domingo en el paso fronterizo libio-tunecino de Rad Jadir por negarse a entregar las armas, informó hoy la prensa local.

Según esta misma fuente, las fuerzas de seguridad interceptaron el domingo por la mañana un convoy de vehículos con matrícula especial que pretendían abandonar el territorio libio, una escena habitual desde la semana pasada.

El ministro del Interior tunecino, Hichem Fourati, declaró este lunes a la radio local Mosaique FM, la necesidad de un nuevo plan de seguridad basado en la colaboración entre elejército y su departamento para hacer frente a la actual situación de Libia y recordó que la amenaza terrorista sigue elevada.

Las batallas en el país vecino estallaron el pasado 4 de abril, fecha en la que el mariscal Hafter, hombre fuerte del este del país, ordenó la conquista de Trípoli, donde se encontraba de visita el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un claro mensaje a la comunidad internacional.

Desde entonces, los combates -que han causado más de medio centenar de muertos, cerca de medio centenar de heridos y desplazado a más de 8.000 personas- se libran a diario en torno al antiguo aeropuerto internacional de Trípoli, un enclave de alto valor estratégico para la conquista de la ciudad

El aeródromo, en desuso desde hace años, está desde el fin de semana en poder de las fuerzas orientales, que tratan de avanzar por el eje meridional desde la localidad de Tarhouna, a unos 60 kilómetros al sur de la ciudad.

En los enfrentamientos, que han afectado al precario suministro eléctrico en la ciudad, también participan milicias procedentes de la vecina ciudad-estado de Misrata, principal puerto comercial de Libia, enviadas en auxilio del gobierno impuesto por la ONU en 2016 tras su fallido plan de paz.

La batalla por el control de Trípoli, que de resultar victoriosa para el mariscal Hafter le concedería prácticamente el control del país, ha puesto de relieve la compleja red de injerencias extranjeras que padece libia desde la revolución que en 2011 acabó con la dictadura de Muamar al Gadafi.

En particular entre Francia, afín al mariscal Hafter, e Italia, principal apoyo político del gobierno impuesto por la ONU y uno de los socios militares de la ciudad-estado de Misrata, donde tiene desplegadas tropas.

El pasado jueves, el viceprimer ministro y ministro italiano de Interior, Mateo Salvini, acusó al gobierno que preside Enmanuel Macron de frenar una declaración conjunta de la Unión Europea para pedir el fin de los combates.

Hafter, un exmiembro de la cúpula castrense que aupó al poder a Al Gadafi, cuenta, además, con el apoyo militar y económico de Egipto y Arabia Saudí, país este último que ha movilizado también en su favor al movimiento salafista radical Madkhali, arraigado en la capital.

Asimismo cuenta con el apoyo tácito de Estados Unidos, país en el que vivió casi treinta años tras ser reclutado por la CIA y convertirse en el principal opositor a Al Gadafi en el exilio, y de Rusia, que le ha dotado de armas ligeras a través de empresas de Seguridad Privada.

El GNA, por su parte, tiene el apoyo de la Unión Europea, que desde su imposición ha financiad sus actividades, y de la ONU, que se ha visto obligada a posponer la Conferencia de reconciliación Nacional que tenía previsto celebrar este fin de semana en la ciudad fronteriza de Ghadamés. 

EFE